Mindful Eating

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Comer con consciencia/atención plena (mindful eating) no tiene nada que ver con hacer dietas restrictivas, donde la preocupación se centra en las calorías. Cada comida termina siendo una batalla entre el bien y el mal: qué es bueno y qué es malo comer, qué puedo y qué no puedo, la eterna batalla del deseo versus la fuerza de voluntad. El mindful eating, por otro lado, en vez de preocuparse de los “debería”, se enfoca simplemente en lo que estamos haciendo: comiendo.

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Por un tiempo nos sentimos en control sobre nuestros deseos, para luego vernos hartos de tanta lucha, abandonando todos los planes y las metas. Nos sentimos miserables por darnos por vencidos, por éste y todos los fracasos juntos, y vivimos el efecto de la violencia autoinfligida, el autocastigo, nos culpamos de todo: ¿Cómo pude ceder? ¿Acaso no tengo fuerza de voluntad? ¿Cómo puedo ser tan débil?. Lo que aprenderemos, es que no es nuestra culpa, nuestro cerebro está diseñado para que esto suceda.

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Durante el tiempo que estamos comiendo, nos encontramos pensando en otra cosa: el trabajo, el mensaje de texto no respondido, los hijos, o ese email pendiente; de todo pasa por nuestras mentes en vez de estar enfocados en saborear cada bocado. Sobretodo cuando es muy rico, respondemos al impulso de devorar, estemos hambrientos o no. Nos saltamos los mensajes de saciedad, e incluso adelantamos el próximo bocado, agarrándolo con el tenedor antes siquiera de tragar. Nosotros estamos comiendo aquí, y seguimos con hambre, mientras nuestra mente está en algún otro lugar.

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Porque ya no sabemos cuándo comemos por hambre, por aburrimiento o por tristeza. Porque nos sentimos vacíos, así que comemos, pero nunca quedamos satisfechos, siempre podemos comer un poquitito más. Nos damos cuenta que estamos comiendo por estímulos externos en vez de internos: mientras otros comen porque sienten hambre, nosotros comemos porque otros están comiendo, porque es hora de comer o porque hay olor a comida, todos estímulos externos a nuestro cuerpo.

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Al tener conciencia plena de los alimentos, sus olores y texturas, apreciamos realmente la comida, cómo los sabores se unen e intensifican, y consideramos incluso el esfuerzo que nos llevó prepararlos. Al estar presente y atentos de lo que comemos, estamos alertas de cuándo comemos para suavizar pensamientos/sentimientos poco placenteros, somos conscientes de las sensaciones que nos produce cada alimento y logramos detenernos, tomar control sobre nuestro comportamiento.

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Aprenderemos a elegir alimentos agradables y nutritivos para ti, integrándolos como lo que son: "alimentos" simplemente, sin una connotación positiva o negativa. Seguir dietas restrictivas, abandonarlas, castigarnos, volver a empezar y culparnos de cada fracaso es una batalla sin fin. Por esto, el mindful eating se enfoca en detenernos, respirar y enfocarnos en esta comida que me voy a llevar a la boca, comiendo con ganas, más ganas que nunca, a conciencia plena y sin una gota de culpa.